Ella ya era doña Vidalina muchos
años antes de que yo naciera y toda su vida ha vivido en estas tierras de mares
y de montañas, junto a su esposo, hijos, nietos y bisnietos. No existe amanecer
en el que no le den ganas de tomarse su buchito caliente de café montuno. A
continuación instantáneas de Vidalina en pleno ejercicio junto a su fogón de
leña:
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Preparando el brebaje mágico |
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