lunes, 26 de marzo de 2018

Impresiones y recuerdos sobre Radio Coral




Cartel que representa la emisora junto a nuestra bandera.
Fotografía tomada de Radio Cubana.
   Papá se levantaba primero. Encendía el fogón y entre la misión de colar café y hervir la leche conectaba el radiorreceptor Siboney en medio de la madrugada a punto de morir. Yo me despertaba inevitablemente con su trajinar, pero remolón, esperaba a que me llamara. A las seis y media de la mañana los 1190 kilogers de amplitud modulada, eran invadidos por la señal de un…Desde la cordillera de la Sierra Maestra, Radio Coral, tan alta como el Turquino, Guamá, Cuba…El viejo entonces me daba el de pié. Después, algo adormecido salía afuera para la primera meada de la jornada y mientras veía las lomas e imaginaba cuantos bichos y animales despertaban en la manigua, la voz del Onelio, la de Dailín Salazar, la del Benigno y de el Elías y la de Eliecer Joubert Roblejo en las deportivas, me acompañaban. Era como si los tuviese sentados a todos para tomarse un buchito de café acabadito de bajar en la sala de mi casa. Aún estaba lejos de conocer a algunos de ellos personalmente, hecho que ocurriría con el transcurrir de los años. Por aquellos días finales de los noventa del siglo XX cursaba mis estudios en la enseñanza primaria. Recuerdo especialmente que esperaba con gran interés la sección en la que hablaba un campesino de nombre Comparsa sobre los problemas que afectaban directamente a la población, personaje creado por Rodríguez Torres quién una vez, en conversaciones sostenidas con él, me contó en exclusivas las peripecias con la que armaba la obra.
   A las siete y media por aquel entonces cesaban las transmisiones y yo partía hacia la Arquímedes Colina Antúnez, escuelita rural en donde recibía mis clases. Por la tarde regresaba Radio Coral. Son inolvidables aquellas sesiones de poesía, que nos hacían soñar a tanto a hombres como a mujeres de muchas maneras. El ritmo de los contagiosos cortes amenizados con música popular cubana ya fuera del ayer o de los momentos que corrían.
   Muchas veces estuve fuera de Guamá por largas temporadas. Así descubrí los que diferenciaba a una emisora de alcance nacional o provincial a una local. Extrañaba la Sierra y la musicalidad con la que abría la planta, de ese sonido autóctono que identificaba a mi municipio adoptivo aunque fuese natal de otro. Fui haciéndome con aquellas señales conciencia de que cada pedacito de esta isla caribeña tiene sus tradiciones y valores. A pesar de estos conocimientos y descuido por poner el interés en otras cosas me fui desconectando de la radio guaménse. Esta desconexión fue más completa con la poca venta de radiorreceptores que ha estado en aumento desde la primera y segunda década del recién iniciado siglo XXI. Ahora, luego de tantas largas historias en mi vida, la universidad y otras cuestiones menos importantes he logrado la reconexión. Ya tengo el placer de dialogar con Radio Coral en las figuras de Benigno Rodríguez Torres, del Elías, de los locutores Carlos Antonio Mesa y Aneidis Argüelles ambos Gutiérrez, de la jefa de programación Rebeca Martínez, de Francisco Javier Millares (Franc), de Celia, de Yolandita, casa radial que oficialmente digo admiro. Grandioso ha sido redescubrir esta institución insustituible de mi pueblo y acercarme al departamento periodístico donde he encontrado el apoyo necesario para llevar a cabo este vicio que tengo, el de escribir. Ante los efectos legales de esta sociedad soy nomás que un licenciado en Educación dentro de la categoría de la Historia y de las Humanidades pero cuando comparto, en especial con Rodríguez Torres aquí y con Arnoldo Fernández allá en el Contramaestre sobre las cuestiones de periodismo, de sus funciones a favor del pueblo, del mundo maravilloso que es, me enorgullece la aspiración que tengo de sentirme el periodista con título que no soy y llevo dentro. Ya no soy, aunque quiera mantenerme al margen, un oyente más de la emisora en las diferentes direcciones geográficas designadas a ella. Soy más. Hijo pródigo de una madre a la que he vuelto estrechando lazos con la que me hizo soñar por los oídos cuando era un chama transmitiéndome cultura e identidad, por qué no.                

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                        Nota del Editor.       

lunes, 19 de marzo de 2018

Joven pareja guamense en la vida y en el arte.



Istructores de Arte guamenses(Cuba)
Los jóvenes en la instantánea (Ironel Moreno y María Ofelia Delgado), son dos talentosos instructores de arte que viven, sueñan y hacen su trabajo en la escuela secundaria básica urbana Ciro Redondo García de este montañoso municipio Guamá de Santiago de Cuba. Pertenecen a la ´´Brigada José Martí´´ que en toda Cuba llevan a los estudiantes y pueblo en general la cultura en sus diferentes manifestaciones como las son propiamente el teatro, la música, la danza y las artes plásticas. He tenido la maravillosa suerte de una forma u otra estar cerca de ambos. La primera vez cuando cursaba mi época de prácticas en mi cuarto y quinto año de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Frank País; luego ya como docente egresado en mi segundo curso. Están unidos en el amor. Comparten entonces trabajo durante ocho largas horas para por las tardes compartir las restantes en el cuidado y educación de sus pequeños César y Adriana entre otras cosas. Tras meses de insistencia para conseguir una fotografía en las que estuvieran, fue muy grato encontrarla como la deseaba y en el lugar menos pensado.
   A Ironel le encanta la guitarra. Quienes lo conocen y tienen el placer de habitar el mismo espacio que él, pueden dar fe de que en cualquier esquina de la escuela mientras no tenga algún turno de clases o con la libreta de incidencias no esté de guardia, siempre está ensayando sus acordes o con las unidades de estudiantes armado de bongó, claves y maracas. Como amigo es excepcional. Algo que completa su espiritualidad. Valor que considero no debe faltar en las personas que se dedican a cultivar la sensibilidad de los demás. Es un cubano que defiende su identidad a capa y espada, aspecto por lo cual le admiro. Se identifica con grandes de la trova como el gran Pepe Sánchez, el sonero Francisco Repilado (Compay Segundo) o las canciones del mítico Trío Matamoros
   María Ofelia, MaO para los amigos, posee un alma transparente. Su afición por el teatro, las obras costumbristas y para los niños la hacen parecer una aunque ya tenga sobre su espalda casi los treinta. Sus conversaciones son dulces, su cara (y que el esposo no se ponga celoso), se asemeja a la belleza de la luna llena. Los títeres que ella manufactura con materiales que tiene a mano son sus otros hijos. Testigo he sido con el cariño y ternura de madre con el cual los trata. La dicha de conocerla me llega desde aquellos años en el que era un propio estudiante de la Ciro y ya ella terminaba el noveno grado.
  Ya son varias las generaciones, podemos decir, a pesar de ser ambos graduados no hace mucho tiempo que se han servido de la sabiduría artística que destilan, ya sea en la docencia o en los números que frecuentemente preparan. Tienen el punto exacto para ganarse la confianza de aquellos adolescentes que apuestan dejarse llevar por el arte. Los comparo con sembradores de buenas semillas. Depende luego de la tierra que cada cual tenga para dejarse la semilla dentro y guardarse la esperanza, el buen recuerdo y lo bien aprendido.
   Visito la casita de ambos de vez en cuando. Allá cambian las cosas un poco. Desconectan de la escuela para volverse a los avatares en el mundo que suele tornarse el hogar. Ella a los quehaceres ayudada por Adriana; él suelta la guitarra para convertirse en el aclamado barbero del barrio.
   Con los elencos formados por Ironel Moreno y María Ofelia Delgado Domínguez se ha actuado en comunidades diversas del extenso municipio como lo son el poblado de El Francés y Bahía Larga respectivamente. En el primero actuando en la Villa Turquino; en el segundo algunos que otros sábados juveniles en la plaza de la localidad. El pueblo humilde que habita aquí en la Sierra los ha aplaudido y, también doy fe que, por donde quiera que pasan, dejan una huella en el corazón y el recuerdo.
   Ojalá que muchos supuestos ´´instructores´´ de arte fuesen como ellos, que sienten en los poros su trabajo tal si fuera el aire necesitado para respirar. Unidos constituyen un digno ejemplo y desde El Cubo… quiero brindarles este sencillo y modesto homenaje.

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                          Nota del Editor.         

lunes, 5 de marzo de 2018

ALGUNAS IMPRESIONES SOBRE EL CURSO PROVINCIAL DE FÓRUM DE CIENCIA Y TÉCNICA




Vista de la sala de conferencias donde ocurrió el curso


Celebrado en Santiago de Cuba entre los días 26 de febrero y 2 de marzo de 2018 el Curso Provincial de Fórum sobre Ciencia y Técnica dejó en mí buenas enseñanzas. El lugar escogido para la cita fue el Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado (CENEA), enclavado en los dominios de la sede universitaria Julio Antonio Mella de la Universidad de Oriente. ´´Delegado´´ por Cultura junto a otros compañeros de mi municipio estuve temprano aquel lunes. Había llegado a la ciudad procedente de Guamá en la primera Diana a eso de las seis treinta de la mañana y después de atravesar parte del reparto Sueño desde Calle 4 hasta la avenida de las Américas o de los Libertadores en la que se encuentra el ISJAM (como se le conoce popularmente a la sede universitaria), pregunté algo despistado al custodio de turno a qué hora sería la inauguración de la actividad. Rápidamente quedé informado. Descubrí entonces  que estaba adelantado en más de dos horas y que sobre las nueve, cuando llegasen todos los convocados, empezaría la sesión. No pretendo realizar una cronología de las cosas y aspectos tratados en cada jornada. Solo quiero hacer constar algo de lo que aprendí, mis impresiones.
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Cartel de acrilico en el que se expresa la política de calidad
Ciencia y Técnica son campos que a mi juicio necesitan más divulgación entre la población y otros profesionales que juegan un papel importante en la sociedad cubana de hoy. Hasta el momento en el que fui uno de los participantes de este curso, yo no sabía, por ejemplo, las bases que un individuo con aportes tecnológico, ya sean en las áreas industriales o sociales, debe cumplir para encaminar su trabajo ante las autoridades pertinentes de estos eventos. Es indudable el caudal de conocimientos que se adquieren, que te advierten en lo personal de la oportunidad tan extraordinaria de conocer sobre las aplicaciones de electromagnetismo que protagonizan procesos que a diario tenemos en nuestras narices, de gestión del mantenimiento, de los avatares de la lucha que en nuestro país se libra para aportar estrategias encaminadas a sanear el medio ambiente, del uso de las fuerzas alternativas renovables para no volver con la explotación indiscriminada de los combustibles fósiles a una posible segunda edad de piedra, de graves problemas de modernidad que es el envío a la atmósfera de CO2, uno de los principales contaminantes de nuestra única casa. Me sentí otra vez en la universidad. Esta ocasión no como estudiante de filosofía pedagógica, sino como un activista más en crecimiento con el imperioso deber de remover el pensamiento y, aunque el sentimiento fuerte en mí sea el mundo literario unido legítimamente como amante de la historia local y de la cultura de mi gente, ser también un átomo en esa cadena que debe primar y existir para que cada cubano sea universitario, intelectual, ´´sabelocasitodo´´  o no, comprenda de estos elementos tan claves y precisos en aras de que nuestra comunidad socialista siga el camino apoyado en el desarrollo sostenible.
***
El buen entendedor siempre descubre. Nunca dejamos de aprender. No importa que tengamos cien años o nos queden segundos para morir. Eso lo volví a recordar cuando finalizamos las jornadas llenas de los directivos de la cita y de los profesores que nos impartieron cada tema con paciencia de artesanos unos y con cara de pocos amigos otros. Entre chistes de la gente que a la vez socializaba para no sentirse tensos ni tímidas ante las personas desconocidas, todas, de los nueve municipios conformantes de la provincia santiaguera. Semanas antes no tenía idea de que sería un protagonista de un evento tan necesario. No tengo dudas que al menos para este bloguero que se entrena fue de gran provecho. (The End)  


viernes, 2 de marzo de 2018

Una "Victor Talking Machine" activa



Vista frontal de la Victrola
´´The Victor Talking Machine Company´´ fue una empresa estadounidense existente, al menos con ese nombre, entre los años 1901 y 1930. Su objetivo: construir máquinas parlantes que se dedicaran a reproducir música en sus primeros formatos de grabación. Algo así como las tatarabuelas de las memorias digitales de reproducción de hoy día. Según la tradición, del nombre Víctor, usado para denominar la empresa, se derivan las palabras victrola y vitrola en el argot popular. De aquellos artefactos construidos hace más de una centuria deben ser pocos los que quedan funcionando aún y tal es el caso del ejemplar puesto en portada, una victrola de cuerdas que su dueño Leonel Fernández asegura data de 1914. La pieza conserva también una colección de más de setenta discos originales de la época. En esta fonoteca se encuentran archivos de un valor histórico como ´´Rigoletto´´ de Verdi en la voz de la soprano María Barrientos, autografiados por ella misma o una llamada ´´Star spangled banner´´ interpretada por la banda ´´Pryor´´, fechado este último en 1903 o 1909, por citar dos ejemplos. Como dato complementario, el primero fue editado por la ´´Societa´ Italiana de Fonotopía´´, casa que se dedicara a grabar clásicos. Todos estos discos fueron manufacturados en fechas anteriores a 1920.

    No recuerdo cómo llegue a conocer la historia en palabras del mismo Leo, apodo con el que se le conoce en Aserradero al dueño y localidad dicho sea de paso, donde se escribieran páginas mambisas a las órdenes del mayor general Calixto García Iñiguez a fines del siglo XIX. Después de tanto insistirle y explicarle para qué, pude lograr ver con mis propios ojos aquella maravilla todavía presente en una era donde el audio digital impera si de cuestiones musicales se trata. Aquel lunes en medio de un sol caliente que derretía sienes, salí hacia mi casa pensando no tanto cómo ordenar este texto, sino en las preguntas adecuadas para lograr una buena entrevista de excelente provecho sobre esta pieza. Luego de organizar algunas y tener otra sesión con Leonel, estos fueron los resultados:

¿Cómo entra la victrola a formar parte de la familia?

Ésta victrola perteneció originalmente a mi bisabuelo que la compró a inicios del siglo XX. Se llamaba Antonio Fernández. Había venido de España como combatiente por el colonialismo y  luego se volvió mambí. Él vivía en San Luis. Quizás la compró en este poblado o en Santiago cuando contrajo nupcias con mi bisabuela, que, nacida aquí también, sus padres eran peninsulares. Estos tenían un trapiche entre San Luis y Palma Soriano, específicamente en El Corojal. Cuando era niño logré ver las pailas de hierro donde se cocinaba el guarapo.

¿Qué tiempo la tuvieron?

Tuvieron la victrola hasta la década del 60 en la que ambos murieron. Yo tenía alrededor de unos 7 u 8 años. Pasó entonces a mi casa, a manos de mi madre, una de sus tantos nietos. Todavía vivíamos en San Luis con toda la familia. Nunca dejó de ser de mi madre o mejor dicho de toda la casa. Era yo quien siempre la cuidaba dándole mantenimiento, la engrasaba, limpiaba los discos y los ponía para que no se me chivaran, ¿entiendes?
Guarda discos de la victrola

¿Le tienes estima aunque sea un objeto?

La quiero como a mi hija. A través de sus discos empecé a familiarizarme con compositores de música cubana e internacional. Ritmos como el son, la guaracha, el punto cubano que acaba de ser nombrado patrimonio inmaterial de la humanidad, trabajos de Puccini, de Verdi, famosas por aquel entonces y ahora. En la casa teníamos otros equipos: tocadiscos, radios, pero puedo asegurarte: ninguna de estas cosas han sobrevivido al deterioro impecable del tiempo.


¿Cuál es el primer recuerdo que tienes de ella?

La primera imagen que guardo de ella se remonta a mi niñez. Mi madre la ponía y yo sentadito en el balance me preguntaba dónde estaban las gentes que cantaban y hasta me las imaginaba. Es un objeto que llama la atención por su talle y su estructura. Además es curiosa por ser un equipo sin ninguna instalación eléctrica a la que estamos acostumbrados sino que se activa dándole cuerda con su manigueta y se oye igual que una eléctrica preservando su toque mágico.

Entonces, ¿sientes orgullo en que sea de tu propiedad?

Es lógico sentir orgullo en tener algo así porque a sus 114 años (o tal vez más) de fabricación aún se mantiene en pleno funcionamiento. Los discos están grabados en 78 rpm que en la actualidad no existe. El material con el que están hechos es excelente –Leonel toma uno y me lo muestra -. ¿Ves?

¿Es agradable escuchar esta música antigua?

No podemos obviar la calidad de la música que se graba ahora con instrumentos tan sofisticados, pero no deja de ser agradable y único cuando nos reunimos, ya sea en familia o con las amistades a escuchar estas reliquias que aunque activas son históricas. Me siento alagado con esto de muchas formas. Nadie por los alrededores, al menos que yo conozca, posee una aun en uso...........





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