jueves, 6 de febrero de 2020

Dónde fue que encontré y leí por vez primera la cita “Verba volant scripta manent”


Ejemplo de lectura en el sanitario. Tomado de Internet
Leer periódicos en el sanitario mientras defecamos, para luego usarlos, es una costumbre muy común entre cientos de cubanos, que ante la falta del papel higiénico, es la solución más rápida que encontramos a tan necesario asunto. Allí, en el cajón del servicio, como decimos a lo cubano, lejos de ser dicho utensilio en miles de hogares de la Isla, lujoso como en los países del primer mundo y ser éstos de disímiles formas y tamaños que dejaré a consideración de la imaginación del lector, nos sentamos al igual que los presidentes, reyes o primeros ministros, lo mismo que comenzando el día, mediodía o por las noches antes de irnos a descansar. Pero no nos desviemos de la costumbre de la lectura que es por donde arranca la temática de la que les quiero comentar. Doy como último dato que algunos leemos por puro aburrimiento a veces, otras para ver qué elemento se nos ha quedado y que pueda sernos de alguna que otra importancia antes de limpiarnos el trasero con cada uno de lo pedazos en los que dividimos la página.

Recientemente, haciéndole honor a la última vertiente, me senté a hacer "popó" tranquilamente una mañana antes de ir a trabajar. En una de las paredes la ensarta de periódicos picados en cuatro para economizar su utilidad, otra de las peculiaridades con la que contamos. Mientras pujo un poco para descargar la heces, ya saben, tomo uno de los pedazos de papel y empiezo a leerme lo que queda de un artículo sobre música en la sección cultural, sección favorita y como de costumbre la primera que me leo cuando tengo un ejemplar en mis manos ya sea el semanario Sierra Maestra o de los de rotativos de circulación nacional. Me adentro más en el texto que encuentro interesante y me detengo una frase extraordinaria; una cita latina que el autor utiliza a favor del mensaje que quiere brindar y que encierra enorme significado quizás para todos aquellos que a lo largo de la historia la han encontrado e interiorizado: “verba volant scripta manent”, traducida en nuestro castellano de cada día: “las palabras (o el verbo) vuelan , lo escrito permanece”.

Las palabras que se forman dan pues un sentido fugaz de vida en el momento en que se dicen, quedan en la memoria de aquel que las escuchó y viven en el pensamiento prisioneras. Lo escrito trasciende el limite de las fronteras en las que una vez fueron escritas y tienen el poder de atravesar milenios si quieren impactar en millones de personas a lo largo de la historia, independientemente del pueblo y la cultura de las que salgan. Las palabras se elevan y se pierden hacia el infinito del olvido; lo escrito es un muro inexpugnable.

Tito Flavio Vespasiano, autor de la cita
Sobre el origen de esta cita en latín he investigado un poco. Buscando en Internet, Verba volant, scrīpta mānent es tomada de un discurso al senado del emperador romano Tito Flavio Vespasiano y según Alberto Manguel escritor, traductor y editor argentino-canadiense, y cito el comentario publicado en Wikipedia, la Enciclopedia Libre, ​ “la clásica frase -que en nuestro tiempo ha pasado a significar «lo escrito permanece, las palabras se las lleva el aire»- antes expresaba precisamente lo contrario; se acuñó en alabanza de la palabra dicha en voz alta, que tiene alas y puede volar, en comparación con la silenciosa palabra sobre la página, que está inmóvil, muerta." Antes de Manguel, ya lo había señalado Jorge Luis Borges, en el prólogo a Retorno a Don Quijote, de Alberto Gerchunoff”.​ Fin de la cita.

Ser bloguero y servirme de lo escrito. Hallar la conexión. Entender lo que significa para mi haber encontrado esta importante cita en estos tiempos modernos siento que no es pura casualidad.

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