jueves, 19 de abril de 2018

La reencarnación del Cacique Guamá




Por Arnoldo Fernández Verdecia (Editor del blog Caracol de agua)

Hace un año llegó a casa; me ayudó a deshacerme de un montón enorme de tierra. Nos perdíamos entre palas y carretillas bajo un intenso sol; en medio de sudores y agotamiento, brindamos con Prú Oriental; conversamos la idea de un blog, salvar la palabra allí en Guamá, donde casi nadie lo hacía, porque no había voluntad de ser bloguero; entonces prendió la llama, nos sentamos un rato, bosquejamos unos trazos, hablamos de nombres, perfil, url, logo, menú, banner. En un arranque de lucidez hablé de su mejor cuento como narrador, el más logrado según los críticos y llegó el cubo, pero necesitaba un complemento y las olas de la costa sur de oriente, por donde sale el sol, asomaron, entonces llegó el bautizo de oriental. En principio mi amigo Olbert Gutiérrez Fernández no imaginaba el alcance de su barquichuelo y tomó agua sin saber adonde iba;  tenía algo muy importante a su favor, el oficio de narrador  y el hombre atento a la vida de su gente. Confieso que nunca había oído hablar de Cañizo, su barrio actual, pero Olbert se encargó de hablarme del Chino Silva y todo fluyó, yo había conocido a esa persona y por esos azares del destino, en la cama de mi amigo vivió sus últimos minutos el hombre que más amaba los gallos de pelea en Guamá, el padre de Mabel, mi primera esposa. De un golpe escribimos el perfil: “Aquí está la huella de mi paso por la vida, mi literatura, mi gente. El cubo de oriente para compartir agua fresca que nace en el río Cañizo, al sur de Cuba. También está mi Baire natal, Contramaestre y porque no, todos esos pueblos de la Cuba profunda donde el hombre se empeña en sobrevivir el tiempo. A todos, un abrazo y los espero en EL CUBO ORIENTAL. Nací el 21 de noviembre de 1990 en Contramaestre; hijo de la cultura y la historia. Mis divisas son: “Leer para creer”. “La verdad es invisible a los mediocres”. Me dijo que con el tiempo lo cambiaría, pero luego se convenció que venía como anillo al dedo y se quedó con aquello como guayabera de hilo muy fino. Mucha gente se encargó de sembrarle dudas, oscuridades, pero el muchacho se unió a amigos como Benigno en Guamá y empezó a crecer intelectualmente hablando. Al cabo de un año, uno lee entrevistas como la de Leo, el dueño de la Victrola Víctor Talking y agradece algo así, o los Picapiedras, el paladar de Alexis el “Negro”,  o sencillamente un texto tan revelador que describe las peripecias de un bloguero que escribe desde Guamá y no tiene computadora, ni acceso a Internet. El Cubo Oriental, el blog de mi amigo Olbert Gutiérrez Fernández cumple un año de navegación hoy. Desde el Caracol de agua deseamos a este joven toda la suerte del mundo, para que cumpla muchos más y se convierta definitivamente en la voz alternativa del pueblo empeñado en construirse una raíz taína y tiene un guamo en la entrada,  como señal de que por allí todavía desanda el indómito guerrero que puso en jaque a los españoles durante la conquista de Cuba. Quizás el Cubo pueda ser la reencarnación del Cacique Guamá…

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