Hay golpes en la vida que son
como lluvia de meteoritos impactándonos el alma; que te hacen doblar las
rodillas hasta el punto de creernos que no habrá más amaneceres sobre nuestras
cabezas; que sencillamente nos oxidan el pensamiento.
Hay golpes en la vida,
pero también en la vida tenemos exclusivo el poder de enderezar nuestros
caminos y echar a andar haciendo despertar al guerrero que habita en algún
lugar de esa esencia que somos. La lección es saber levantarse aunque nos duela
hacerlo.
Esta es la única forma de aprobar. No depende de nadie más sino de uno
mismo. Si te dejas caer lamento decir que no tocarás fondo: sólo caerás y caerás
y caerás hasta el fin de tus horas. Montar en nuestro corcel, tomar lanza en
mano e ir contra las adversidades es la solución.
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