jueves, 26 de agosto de 2021

El hombre de los mándalas ha muerto…

Ulises Tamayo Aliaga (Lichi)

…lo supe esta mañana en la que sobre Chivirico la cabecera municipal guamense, el cielo encapotado nos regala una fina llovizna y luego de dos meses ya del suceso en los que incomunicado por esta maldita pandemia nunca supe nada así de simple: la que fue en sus últimos años de vida su mujer, Nieve, me lo ha dicho cuando nos topamos en la calle después de más de noventa días sin vernos frente a frente.

 

Ulises Tamayo Aliaga o simplemente Lichi para allegados y amigos era un hombre extraordinario. Amaba el arte como el más cordial de los devotos ama a su dios insoslayablemente. Para mí fue genial verlo pintar con la tranquilidad que lo caracterizaba aquellas chinas pelonas que a veces salía a buscar por las tardes en el mar cercano a su residencia, o los grandiosos mándalas que elegantemente más que pinturas que referían al equilibrio del universo, en lo particular eran parte esencial del suyo en este mundo de locos para unos pero lleno a la vez de esperanza y amor para otros.

 

Guardo en mi casa uno de ellos que fascinado por la hermosa idea le pidiera con la idea de regalo para mi esposa.

 

Confieso y lamento no haber tenido más tiempo para conocerlo a fondo, verdad y culpa con la que cargaré el resto de mi vida, pero me queda la satisfacción de que en aquellas ocasiones en las que fui testigo de su sabiduría con el pincel en mano, me sentí de veras bendecido al compartir con él como un padre que dialoga con el hijo amado.

 

Proporcionadas estas evidencias por el mismo Lichi en una de esas visitas que alguna vez le realizara, un día de esos en los que luego de trabajo duro y arduo necesitara el bálsamo espiritual que es el de hablar por horas y más horas de arte puro y sincero, en el presente trabajo les dejo alguna de la primeras muestras que pienso registrar en ECO como homenaje eterno a ese gran ser humano que fue: 

 





 

 

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