lunes, 25 de marzo de 2019

Recuerdo de un amigo: Entre el café y la poesía


Eduard Encina por tierras colombianas

Antes que El Cubo Oriental existía Cimarronzuelo Oriental, el blog de mi amigo Eduard Encina. En muchas conversaciones siempre se habló de este sitio, de cómo servía para escribir y desarrollar ideas propias y plasmarlas en la plataforma digital. Todavía por aquel entonces yo no podía imaginar que en el futuro no muy lejano tendría el mío y más extraordinario aún, que encontraría las claves para editarlo desde pleno corazón de la Sierra Maestra, lugar al que le faltan años luz para que las nuevas tecnologías se desarrollen en su máxima expresión. Fueron por los días de abril de 2017 que nacía El Cubo… en que también a Encina le entregaban el premio de La Gaceta de Cuba en poesía por un cuaderno llamado “Manigua”. Mi amigo se fue a Medellín, Colombia para realizar su último viaje en vida. Allí participaría como parte de dicho premio en un famoso festival. A su regreso quedaría este texto que según Alfredo Ballesteros fue escrito después de su retorno a Cuba. Hoy quiero yo guardarlo con una mezcla de cariño y nostalgia en los archivos de este guamense blog:

 

Los cafés de Medellín (Tomado del Blog Cimarronzuelo Oriental (cimarronzuelooriental.blogspot.com)).


Cada domingo mi casa es un Café.  Allí se dan cita los amigos escritores para dialogar sobre el cielo y el infierno. Enseguida Mailer, mi esposa, nos trae la tacita rebosante del aromático cerezo mientras el diálogo comienza. Medellín es una ciudad donde me sentí como en Baire. Cada café degustado me aproximó a mi pueblo inevitablemente

Durante los días del Festival de Poesía, cada mañana ansiaba un tintico colombiano. Gracias a Dama, una paisa enamorada de sus tradiciones y que se presentó  como amiga de los poetas Oscar Cruz y Rito Ramón Aroche, pude conocer los más disímiles sitios para beberme todos los tintos que pude. 

Junto a ella supe que a solo unas cuadras, cerca del parque Bolívar, se encontraba  La Polonesa, un café concurrido y heterogéneo, que bien temprano se animaba con dos muchachos, quienes a flauta y guitarra, nos regalaban entre otros temas “La molienda”. Era un sitio espacioso, con un TV transmitiendo futbol y un constante entra y sale de público que bebe su tintico y se incorpora a las actividades del día.

Visité varios cafés de la ciudad y enfrenté sin mucho éxito la TAZA IMBATIBLE que sirven los colombianos, pues tomarse un tintico, es plantarse frente un tazón exagerado que los paisas degustan con normalidad hasta el mismísimo fondo. Eso echa abajo los prejuicios  que se han formado en torno de que el oscuro líquido es dañino, pues sin dudas hace tiempo no quedara uno solo de estos alegres antioqueños en pie.

Pero fue a una cuadra del parque de San Ignacio, en las Torres de Bomboná donde encontré en sitio anhelado. Raza_ Café, más pequeño que La Polonesa, con ambiente acogedor e íntimo; decorado con sobriedad, en un extremo un lienzo con la figura de Chaplin, del otro la imagen de Cantinflas, y de fondo un viaje musical desde Compay Segundo a Fito Páez, de Louis Armstrong a Julieta Venegas. El dueño, es un conocedor de la cultura latinoamericana, se declaró admirador de Pablo Milanés, Celia Cruz y José Martí.  Al servirnos  café, el mío lo trajo en una tacita y un poco más concentrado “a lo cubano”, me dijo. 

Desde entonces, por el día íbamos a La Polonesa, disfrutábamos su diversidad y la hermosa vista de la Estatua ecuestre del Libertador. Por las tardecitas, nos esperaba el Raza_ Café y las conversaciones sobre la cultura de los colombianos y los sueños con que se despiertan cada día.

 


sábado, 23 de marzo de 2019

Borges y García Márquez en mi vida




Borges, García Márquez, Eduard Encina y yo
Fue en mis tiempos de adolescente en que oí hablar de ambos por primera vez. Quizás en aquellas clases de Español Literatura en los que te inculcaban a algunos autores de renombrado prestigio, no recuerdo exactamente, pero luego pasarían algunos años hasta que al fin, como inevitable profecía, chocaría con las geniales escrituras de ambos. Cómplice del milagro estuvo Eduard Encina, el poeta bairero que en uno de los tantos cafés de aquellos inolvidables domingos junto a él pegadita su casa a la línea del tren, me hizo ver ejemplares del argentino y colombiano respectivamente. 

Así fue que por primera vez llegó a mis manos una copia de esa gran obra que es “Cien Años De Soledad” y a la que le dediqué dos semanas completas de lectura. De esta forma me fui empapando de la historia de los Buendía hasta leerme cada palabra de las más de cuatrocientas páginas del legendario libro. Quedé impactado durante aquellos catorce días al tomar el primer trago de esa fuente que representa ya para el mundo, el legado innegable del “Realismo Mágico”. 

Dos puntos de la novela recuerdo con gran cariño: el primero es el de Remedio la bella que nunca “conoció” varón y por su pureza ascendió a los cielos como vino al mundo; el segundo punto, aquel increíble recorrido de la sangre cuando asesinan a José Arcadio Buendía y esta de mensajera, como guiada por el Ser Divino, le avisa a la madre de éste sobre la tragedia. Aún me queda por leerme otras tantas cosas de García Márquez pero, y no es porque sea una de sus novelas más reconocidas, “Cien Años…” es una muestra perfecta de la genialidad del colombiano. 

En cuanto al argentino, Eduard me obsequió un ejemplar editado aquí en Cuba y que fuera una selección de Roberto Fernández Retamar de piezas icónicas de este hombre también cumbre del siglo XX. Dentro del volumen de ensayos y relatos elegí los últimos. De estos disfruté al máximo. Piezas como “El Sur” o “El Aleph” hacen ver al genio en toda su plenitud. Todavía me quedan pendientes los ensayos. De momento agradezco Encina por habérmelos insinuado. Lo demás fue producto de mi curiosidad ante la magia eterna que significa leer y descubrir el mundo desde otro punto de vista. De Borges y sus cuentos quien a mi juicio se lleva el mérito “La muerte y brújula” por su desenlace tan inesperado para Erik Lönnrot. 

En fin, ambos escritores universales, que desembarcaron en mi intelecto bajo efectos del cubano Eduard Encina quien me los presentara, han calado mi alma y espiritualidad. Aun no he terminado con ellos y creo que estoy a tan solo de haber comenzado a andar algunos metros de las miles de millas que nacen de sus respectivas literaturas.       

lunes, 18 de marzo de 2019

Incluido Bola de Nieve entre mis archivos musicales



Ignacio Villa (Bola de Nieve)
Ahora la gente me mira más raro en las guaguas de las cinco de la tarde. No pueden creer que cuando es normal que los jóvenes de hoy estén “reguetonizados” hasta la médula, venga uno escuchando a Ignacio Villa en su célebre interpretación de “Ay, Mamá Inés…”. Notable en la grabación que su calidad no es a la altura de las que se realizan con las tecnologías actuales, pero tengo la sensación de que parece que el Bola está sentado frente a mí haciendo la pieza como la primera vez. No me importa que me miren asombrados. Bola de Nieve me transporta lejos. Lo escucho más y más mientras avanzo los largos kilómetros que me separan de casa. Hasta hace poco no lo hacia. Sólo había leído algunas cosas sobre él y del gran aporte que legara a la cultura de la isla por lo cual es uno de los grandes exponentes de la música cubana del pasado siglo XX.

Todo comenzó husmeando entre cientos de archivos digitales en los que hay gran variedad de intérpretes del patio, como suelen decir algunos cuando quieren resaltar a los artistas nacionales y diferenciarlos de aquellos de otras partes del mundo. Entonces aproveché que estaba sin más nadie cerca de mí y reproduje los de la carpeta del Bola. Quedé encantado de la frescura de aquello que escuchaba. Me parecía verlo sentado al piano mientras sus dedos se movían ágiles por las teclas produciendo cada pedazo de la melodía. Acto seguido copié dicha carpeta completa hacia mi USB y luego otra para mi teléfono.

Subo ahora los escalones del transporte con las dos manos ocupadas. En la izquierda llevo un peso, aquel que tiendo al chofer. En la otra mi teléfono en “play” con Bola de Nieve. Me arrincono en una esquinita al fondo y mientras observo las montañas a lo lejos, mi nuevo amigo va cantando “Chivo que rompe tambó…” o “Si me pudieras querer…”. Es como si a través de estas grabaciones él supiera que en el futuro, estaría alguien necesitado de escucharlo para así escapar del tedio de las jornadas agotadoras en las que, aunque cansados vamos hacia nuestros hogares, también llevamos la satisfacción de haber vencido un día más.

jueves, 14 de marzo de 2019

Historia de Guamá (Parte II)


Límite que da inicio oficialmente al actual municipio

Esta Historia de Guamá es producto de las ivestigaciones que en el pasado han hecho diferentes investigadores interesados en el tema. Dejo claro por si las dudas que, no es trabajo del editor del este blog a quién unicamente le interesa publicar en el espacio cosas relacionadas con el municipio Guamá.

  I ÁMBITO GEOGRÁFICO:

En la intrincada topografía de Guamá se encuentran numerosos vallejuelos y planos in tramontanos de fértiles tierras, irrigados por cursos fluviales lamentablemente hoy secos o de fluido intermitente. La connotada fertilidad de sus terrenos favoreció el asentamiento humano en antaño. Su dilatada e irregular costa resulta pletóricas en playas, rodas y ensenadas y están dotadas de fondos marinos bien surtidos de peces, gudaneos, crustáceos y moluscos, todos de alto valor nutritivo y agradables al paladar.



II PERIODO COLONIAL:

En relación a la colonización el historiador Sergio Aguirre escribe lo siguiente: “Con la aparición de las últimas Villas fundadas por Velázquez, el establecimiento de las encomiendas y la llegada de los primeros esclavos africanos terminó la conquista de Cuba y empezó la colonización hacia 1515. Así nacía la Cuba Colonial”. Las características geográficas, climatológicas y naturales de este territorio del que hablamos, fueron propicias para que en el propio siglo XVI hubiese en el mismo presencia de los colonizadores españoles, produciéndose los primeros asentamientos aislados por usurpación, ya que la zona estaba poblada por aborígenes. Esto queda demostrado con los hallazgos hechos por los arqueólogos de la Academia de Ciencias de Santiago de Cuba al encontrar objetos con elementos de cobre y barro, lo que induce pensar en un temprano proceso de transculturación indo hispánica. Por otro lado Antonio Núñez Jiménez en “Cuba, la Naturaleza y el Hombre”, tomo I, en el tema “El Archipiélago” dice: “Uno de los nombres primeros que aparecen en nuestra historia es el Turquino, topónimo de difícil interpretación, casi seguro de origen Arahuaco, aunque algunos han querido ver en él una ilusión al azul turquí, o azul intenso como señaló Felipe Poey en su  “Geografía de Cuba...” Es interesante conocer también que por testimonio ya citado de Juan de la Torre al dar fe del reparto de indios ordenado por el Gobernador de Cuba, realizado desde el 25 de Abril al 25 de Agosto de 1530, se puede fijar con certeza que la presencia del Turquino se encontraba donde hoy se sitúa el Pico Turquino, ya que en el mismo se habla del pueblo de Sevilla, nombre que todavía tiene vigencia en aquella región de la Sierra Maestra. Como vemos por dichos documentos, Turquino es el cacicazgo del Indio cristianizado “Gonzalo”.

Las primeras actividades económicas del territorio fueron como en todas las demás  villas, la minería (la búsqueda de oro) a través del sistema de encomienda y la plantación de subsistencia y mas tarde la madera que era trasladada a  Santiago de Cuba principalmente para las construcciones militares y civiles. Ya entrado el siglo XVII aparecen elementos de diversificación económica, aunque la madera sigue siendo uno de los renglones principales, se incorporan a ella la ganadería, el carbón, el coco y los frutos menores que eran trasladados a Santiago en pequeñas  goletas, por lo que establece un comercio de cabotaje entre los dos territorios. Las propias características de sus costas y el auge del comercio de rescate y el incremento de bucaneros, corsarios y piratas en este período, es presumible que los habitantes de esta zona se vincularan a esta actividad, comerciando principalmente los derivados del ganado vacuno, como carne salada, cueros, etc. y en menor cantidad con frutos menores, viandas y maderas preciosas como el cedro, la caoba, la sabina, etc. Es de suponer además que las vías de comunicaciones existentes y la cercanía de los habitantes del Realengo de la Uvita y los de las zonas de Peladero, Uvero y Ocujal, establecieron su comercio con la Villa de Bayamo que en este período constituyó un centro importante para el desarrollo de esta actividad.


III ORGANIZACIÓN POLÍTICA:

Al darse cierto crecimiento económico se va produciendo un paulatino crecimiento demográfico a lo largo de la costa que produce la aparición de  pequeños conglomerados poblacionales, por lo que fue necesario una determinación en la organización política principalmente de tipo militar para garantizar cuidar la costa de ataques enemigos como los de bucaneros, contrabandistas, corsarios y piratas y evitar sus trasiego hacia Santiago de Cuba o Bayamo. Este territorio a partir de l558 que se funda el Cobre y pasa a ser territorio de Santiago de Cuba, era subordinado en lo militar a Santiago y en lo civil al Cobre. Cuando éste se fundó  como cabecera municipal con l4 barrios, muchos de estos pertenecían a lo que es hoy Guamá y aún siguen perteneciendo a él como es el caso de Aserradero, Nima Nima, Santa  Rita y Guamá.


IV ACTIVIDADES ECONÓMICAS. ETAPA 1701 – 1864:

De acuerdo a los datos que se poseen y partiendo de censos realizados que se recogen en obras como “El Barracón” de Juan Pérez de la Riva y “El Cobre y sus términos” del Dr. Antonio Duany Beré, señalan  que la economía de este territorio era fundamentalmente, entre los años l70l a l792, de hacienda y dedicada principalmente al autoabastecimiento de los pobladores  de esta zona, basada principalmente al cultivo de viandas, frutos menores y en menor cantidad la ganadería, aunque productos como  es la ganadería era comercializada en lugares como Santiago de Cuba, Bayamo y Jiguaní. También existieron algunas minas como las del Cuero y Guamá. En la obra ya referida del Sr. Duany Beré aparecen  estas anotaciones. Dice el mismo autor que en el Aserradero y otros parajes de las costas se producían gran cantidad de carbón vegetal.

A partir de la última década del siglo XVIII y a efectos de la revolución iniciada en tierras haitianas, empiezan a asentarse en esta región aquellos colonos franceses que pudieron escapar. Aún pueden verse las diferentes ruinas de construcciones existentes en lugares como son: La Loretina, La Abundancia, El Mastelero, Santa Rita, etc. Además del café los franceses se dedicaron a producir otros productos que influyeron positivamente en la economía del territorio, dentro de ella la ganadería, viandas, algodón e incluso en la zona de Nima Nima  existieron dos pequeños trapiches o pequeños ingenios llamados “El Manacal” y “El Vergel”. Independientemente que los  franceses se dedicaron al cultivo del café, muchos criollos también lo cultivaron y los pequeños terratenientes criollos que se fueron asentando en este territorio, principalmente en litoral costero se dedicaron a la ganadería y al cultivo de frutos menores y viandas. Fue extraída gran cantidad de madera principalmente para utilizarlas en la industria azucarera y en las construcciones civiles de Santiago de Cuba como el caguairán, caguaní, la jatía y otros eran extraídos fundamentalmente de la zona de Aserradero, El Cuero, El Macío  y Río Seco, etc. Los españoles influyeron fundamentalmente en la economía del territorio en la esfera comercial aunque existieron algunos propietarios de fincas, pero no fue característica de ellos dedicarse a las actividades agrícolas, sino más bien al comercio y usurería.


V SITUACIÓN SOCIAL EN EL PERIODO:

Según incrementaba la actividad económica en el territorio fue también creciendo la población, aunque no es hasta 1864 en que se pueden obtener datos concretos sobre ella. Ésta se fue multiplicando en los diferentes barrios y surgieron éstos caseríos y cuartones a partir principalmente de los asentamientos franceses en las profundidades de la Sierra Maestra. Conjuntamente con estos barrios y cuartones se va a dar una heterogeneidad en la formación de la población del territorio ya que producto a la unión de franceses, criollos, negros esclavos y libres africanos, haitianos y españoles, va a continuar incrementándose el mestizaje que van a quedarse de forma estable en dichos barrios y de los cuales van a surgir muchos de los actuales habitantes de este municipio, Los esclavos que radicaron en esta zona fueron los que llevaron el peso principal de la economía cafetalera, maderera y desmonte. La existencia de gran cantidad  de esclavos dio lugar a que se diera gran cantidad de hechos de cimarronaje. Existieron varios palenques como el de Vayamita, Las Bijas, y Guamá entre otras. Dentro de lo social estaba la poca atención médica situación que ocasionó infinidades de muertes curables. Producto  a estas muertes fueron surgiendo los diferentes cementerios que en la actualidad están a todo lo largo de la costa del territorio de Guamá. Al igual que la salud la educación tampoco fue atendida, no existiendo ninguna escuela en este periodo.

miércoles, 13 de marzo de 2019

Mis Poemas: "Nubes"


Vuelvo a revisar mis archivos digitales. En aquellos en los que alguna vez tuve el sueño de ser poeta encontré "Nubes", escrito en mis tiempos universitarios, cuandos mis compañeros de cuarto se ocupaban de hacer el amor con sus novias de turno y yo me sentaba en los salones de estudio a escribir por las noches. Es un poema que me recuerda muchas cosas y a gente que hace tiempo no veo pero que formaron parte de mi vida. Ojalá que algunos de ellos se ecuentren navegando en Internet, ojalá que hallen esta página y se acuerden del extraterrestre aquel que se las pasaba horas y más horas leyendo cualquier libro o escribiendo en los pasillos.



Poema Sexto:
Nubes.

Quiero que sepan que nunca dejé de verlas atentamente
Cuando parecía un loco tirado en las canchas de la universidad.
Muchos a mí alrededor
No me entendían, pero no importaba:
Yo estaba allí, mirándolas; tal vez para olvidar a alguien,
Tal vez para dejar mi pesado cuerpo sobre el pavimento
Y volar a Saturno o a Marte
En el avión invisible que es mi imaginación.
Ustedes siempre viajan a través del cielo
Y nadie las detiene.
Se convierten en lluvia, lloran de alegría: riegan ésta naturaleza
Dividida en diferentes formas, diferentes colores:
Son las reinas de una atmósfera llena
De historias humanas que mediante los siglos
(Y milenios), Han sido buenas, han sido malas.
Entre los millones de personas que habitamos la tierra
Soy uno que a veces se siente perdido
Y, ¿Qué mas amigas puedo buscarme cuando todos te abandonan
En algún momento y ustedes
Siempre están ahí para escucharme los pensamientos?

Diciembre 13, 2011.
Olber Gutiérrez Fernández 

sábado, 2 de marzo de 2019

Curiosidad IX

Niños de Guamá que disfrutan un sábado cualquiera de una actividad en las que esparcen sus cantos en una tierra que es libre y que destilando cultura, bienestar para ellos, les protege mientras crecen. Son niños hijos de gente humilde, aquellos que trabajan día a día en la Patria de Martí y de Fidel por un futuro  mejor...........






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