Istructores de Arte guamenses(Cuba) |
A
Ironel le encanta la guitarra. Quienes lo conocen y tienen el placer de habitar
el mismo espacio que él, pueden dar fe de que en cualquier esquina de la
escuela mientras no tenga algún turno de clases o con la libreta de incidencias
no esté de guardia, siempre está ensayando sus acordes o con las unidades de
estudiantes armado de bongó, claves y maracas. Como amigo es excepcional. Algo que
completa su espiritualidad. Valor que considero no debe faltar en las personas
que se dedican a cultivar la sensibilidad de los demás. Es un cubano que
defiende su identidad a capa y espada, aspecto por lo cual le admiro. Se
identifica con grandes de la trova como el gran Pepe Sánchez, el sonero
Francisco Repilado (Compay Segundo) o las canciones del mítico Trío Matamoros
María
Ofelia, MaO para los amigos, posee un alma transparente. Su afición por el
teatro, las obras costumbristas y para los niños la hacen parecer una aunque ya
tenga sobre su espalda casi los treinta. Sus conversaciones son dulces, su cara
(y que el esposo no se ponga celoso), se asemeja a la belleza de la luna llena.
Los títeres que ella manufactura con materiales que tiene a mano son sus otros
hijos. Testigo he sido con el cariño y ternura de madre con el cual los trata. La
dicha de conocerla me llega desde aquellos años en el que era un propio
estudiante de la Ciro y ya ella terminaba el noveno grado.
Ya
son varias las generaciones, podemos decir, a pesar de ser ambos graduados no
hace mucho tiempo que se han servido de la sabiduría artística que destilan, ya
sea en la docencia o en los números que frecuentemente preparan. Tienen el
punto exacto para ganarse la confianza de aquellos adolescentes que apuestan
dejarse llevar por el arte. Los comparo con sembradores de buenas semillas.
Depende luego de la tierra que cada cual tenga para dejarse la semilla dentro y
guardarse la esperanza, el buen recuerdo y lo bien aprendido.
Visito la casita de ambos de vez en cuando. Allá cambian las cosas un
poco. Desconectan de la escuela para volverse a los avatares en el mundo que
suele tornarse el hogar. Ella a los quehaceres ayudada por Adriana; él suelta
la guitarra para convertirse en el aclamado barbero del barrio.
Con
los elencos formados por Ironel Moreno y María Ofelia Delgado Domínguez se ha
actuado en comunidades diversas del extenso municipio como lo son el poblado de
El Francés y Bahía Larga respectivamente. En el primero actuando en la Villa
Turquino; en el segundo algunos que otros sábados juveniles en la plaza de la
localidad. El pueblo humilde que habita aquí en la Sierra los ha aplaudido y,
también doy fe que, por donde quiera que pasan, dejan una huella en el corazón
y el recuerdo.
Ojalá que muchos supuestos ´´instructores´´ de arte fuesen como ellos,
que sienten en los poros su trabajo tal si fuera el aire necesitado para
respirar. Unidos constituyen un digno ejemplo y desde El Cubo… quiero
brindarles este sencillo y modesto homenaje.
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Nota del Editor.
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