Cartel que representa la emisora junto a nuestra bandera. Fotografía tomada de Radio Cubana. |
Papá
se levantaba primero. Encendía el fogón y entre la misión de colar café y
hervir la leche conectaba el radiorreceptor Siboney en medio de la madrugada a
punto de morir. Yo me despertaba inevitablemente con su trajinar, pero remolón,
esperaba a que me llamara. A las seis y media de la mañana los 1190 kilogers de
amplitud modulada, eran invadidos por la señal de un…Desde la cordillera de la Sierra Maestra, Radio Coral,
tan alta como el Turquino, Guamá, Cuba…El viejo entonces me daba el de
pié. Después, algo adormecido salía afuera para la primera meada de la jornada
y mientras veía las lomas e imaginaba cuantos bichos y animales despertaban en
la manigua, la voz del Onelio, la de Dailín Salazar, la del Benigno y de el
Elías y la de Eliecer Joubert Roblejo en las deportivas, me acompañaban. Era
como si los tuviese sentados a todos para tomarse un buchito de café acabadito
de bajar en la sala de mi casa. Aún estaba lejos de conocer a algunos de ellos
personalmente, hecho que ocurriría con el transcurrir de los años. Por aquellos
días finales de los noventa del siglo XX cursaba mis estudios en la enseñanza
primaria. Recuerdo especialmente que esperaba con gran interés la sección en la
que hablaba un campesino de nombre Comparsa sobre los problemas que afectaban
directamente a la población, personaje creado por Rodríguez Torres quién una
vez, en conversaciones sostenidas con él, me contó en exclusivas las peripecias
con la que armaba la obra.
A
las siete y media por aquel entonces cesaban las transmisiones y yo partía hacia
la Arquímedes Colina
Antúnez, escuelita rural en donde recibía mis clases. Por la tarde regresaba
Radio Coral. Son inolvidables aquellas sesiones de poesía, que nos hacían soñar
a tanto a hombres como a mujeres de muchas maneras. El ritmo de los contagiosos
cortes amenizados con música popular cubana ya fuera del ayer o de los momentos
que corrían.
Muchas
veces estuve fuera de Guamá por largas temporadas. Así descubrí los que
diferenciaba a una emisora de alcance nacional o provincial a una local.
Extrañaba la Sierra
y la musicalidad con la que abría la planta, de ese sonido autóctono que
identificaba a mi municipio adoptivo aunque fuese natal de otro. Fui haciéndome
con aquellas señales conciencia de que cada pedacito de esta isla caribeña
tiene sus tradiciones y valores. A pesar de estos conocimientos y descuido por
poner el interés en otras cosas me fui desconectando de la radio guaménse. Esta
desconexión fue más completa con la poca venta de radiorreceptores que ha
estado en aumento desde la primera y segunda década del recién iniciado siglo
XXI. Ahora, luego de tantas largas historias en mi vida, la universidad y otras
cuestiones menos importantes he logrado la reconexión. Ya tengo el placer de
dialogar con Radio Coral en las figuras de Benigno Rodríguez Torres, del Elías,
de los locutores Carlos Antonio Mesa y Aneidis Argüelles ambos Gutiérrez, de la
jefa de programación Rebeca Martínez, de Francisco Javier Millares (Franc), de
Celia, de Yolandita, casa radial que oficialmente digo admiro. Grandioso ha
sido redescubrir esta institución insustituible de mi pueblo y acercarme al
departamento periodístico donde he encontrado el apoyo necesario para llevar a
cabo este vicio que tengo, el de escribir. Ante los efectos legales de esta
sociedad soy nomás que un licenciado en Educación dentro de la categoría de la Historia y de las
Humanidades pero cuando comparto, en especial con Rodríguez Torres aquí y con
Arnoldo Fernández allá en el Contramaestre sobre las cuestiones de periodismo, de
sus funciones a favor del pueblo, del mundo maravilloso que es, me enorgullece
la aspiración que tengo de sentirme el periodista con título que no soy y llevo
dentro. Ya no soy, aunque quiera mantenerme al margen, un oyente más de la
emisora en las diferentes direcciones geográficas designadas a ella. Soy más.
Hijo pródigo de una madre a la que he vuelto estrechando lazos con la que me
hizo soñar por los oídos cuando era un chama transmitiéndome cultura e
identidad, por qué no.
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Nota del Editor.
1 comentario:
Bien por El cubo oriental, cada vez más original, polisémico, un bloguero que cada vez se siente más identificado con el periodismo, tal parece que empieza a desdibujarse ante él, la frontera entre la literatura y el periodismo.....Abrazos al aguatero del Cubo...
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