A mi broder E.E.R donde quiera que esté
leyendo un libro hecho de nubes, con
letras
de cielo y un marcador de rayos de sol.
Dibujo tomado del blog Herodoto. Ciencia Sociales y Pensamiento |
Dediqué
recientemente algunas semanas de mi tiempo libre en leerme la interesante
autobiografía de Malcolm X, dictada al periodista harlemita Alex Haley, en la
primera mitad de la década del sesenta del pasado siglo. En el capítulo donde el célebre activista cuenta los pormenores de
su reclusión en prisión y el genial descubrimiento que fueron para él los
libros comenta: ´´Si aquí no tuviera que
salir a combatir diariamente al hombre
blanco, emplearía el resto de mi vida leyendo´´. Ágil, y haciendo uso de
una costumbre la cual comentada hace muchos años por uno de mis antiguos profesores
ahora también adopto, en una de las esquinas de mi libreta de notas escribí
para no olvidar la interesante cita.
Es la
lectura en sí una de las mejores obras inventada por el intelecto humano. Genios
universales como Borges y García Márquez dotaron esta forma de una
importantísima misión sobre todo para los noveles ya sea en las diferentes
manifestaciones de esta profesión. Ya me lo decía el hermano al que echo de
menos citando también: ´´no te digo cree sino lee´´. Al principio no lo
entendía. Me justificaba en la estúpida escusa de que no tenía las horas
asignadas para hacerlo. Ahora lo hago todos los minutos que puedo. Leer
ejercita la mente, encierra el gigantesco poder de descifrar claves precisas
por ejemplo en el arte del comportamiento. Es decir, un efecto tsunami que
arrasa lo brutal trayendo el caos de lo civilizado.
Si de
buscar en mi pasado fuera otra misión para encontrar quién me lanzó contra los
libros, no logro recordar. Sólo me veo sentado en la biblioteca de mi escuela
chequeado por la rubia bibliotecaria, inalcanzable para mí, que todavía soy un
niño pero muy linda, con libros soviéticos de cuentos infantiles algunas, otras
veces en mi poder el clásico del escritor estadounidense Mark Twain ´´Tom Sawyer´´,
otras con el de la escritora Nersis Felipe ´´Cuentos de Guane´´. Así empezaba
sin saberlo a crecer en imaginación, a ser un viajero hacia otras épocas en la
historia o a quedarme petrificado ante la invasión extraterrestre narrada en La
Guerra De Los Mundos de Wells, por así citar muestras de los títulos de los que
tengo referencia.
Es
preocupante lo que sucede ahora en el nuestro, (¿el mundo real?) donde muchos no han
concientizado que la literatura nos vocifera de dónde venimos y hacia dónde
podemos ir. Inculcarla es una tarea un poco a ciegas. Claro está que no se le
debe abrir la cabeza a nadie ni introducirle la orden para que lea como si
fuesen robots. No todos que estuvieron incluso conmigo en la universidad le
tenían fe a aunque sea abrir y echarle una hojeada a sus notas de clases. Tampoco
en las aulas de muchos lugares van a leer y escribir todos. Ninguno tiene en la
frente un cartelito que lo diga pero, ¿quién quita que de cincuenta que estén
ahora en x clase, esté el futuro premio nacional de literatura o un gran periodista
de la prensa escrita de este país insular?
Incentivar
desde la profesión a la lectura, sobre todo en aquellas comunidades marginadas
por no pertenecer a la geografía de lo desarrollado, dígase por lo general
regiones intrincadas en los lomeríos (no solo de aquí, sino también de
cualquier nación del orbe). Es cierto (tenemos esa influencia), que en los
lugares desenvueltos existe mas difusión y promoción de los eventos culturales
entre lo que también se encuentra la lectura. No ocurre igual en el campo en el
que los conocimientos me han llevado a
la conclusión de que en estos citados lugares existen talentos como diamantes
en bruto que se pueden descubrir y pulir.
Contados
lideres de revoluciones pasadas, presentes y futuras ganaron, ganan y ganarán sus luchas andando
por el puente millonario que es la lectura. No importa si fueron de izquierda o
derecha o los buenos o malos en el que en las películas aprendimos a clasificar
a los bandos en guerra. En la bitácora de mi Patria vi ese ejemplo en Fidel
Castro antes y luego de atrapado en las acciones de 1953. El joven devoraba
libros. Igual otros como Julio Antonio Mella o aquel cubano de origen puertorriqueño
que fue Pablo de la Torriente Brau, muerto defendiendo la República Española en
1936.
El hombre contemporáneo
que, sin dudas algún milenio después ya no estará y que será antiguo como
aquellos egipcios de hace tres mil años, aquel que en una sofisticada nave
espacial llegó a la luna, que con la ´´voyager´´ ha logrado salir del sistema
solar, tiene la urgente necesidad de regresar, poner sus pies sobre la tierra y
comprender más el hermoso mérito de las palabras escritas. Nos es una tarea de
largo plazo ver en qué idioma de la A a
la Z (será demasiado pedir que me enseñen las letras de los chinos, japoneses,
tailandeses, árabes y todos los demás en el que las grafías son distintas a las
mías), podamos descubrir más literatura para nuestro bien y dejarse de tantas ´´pavadas´´
como dicen algunos paisanos de Julio Cortázar
y pensar seriamente en la lectura.
20marzo2018
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