Por Arnoldo Fernández Verdecia (Editor del blog Caracol de agua)
Hace un año llegó a casa; me
ayudó a deshacerme de un montón enorme de tierra. Nos perdíamos entre palas y
carretillas bajo un intenso sol; en medio de sudores y agotamiento, brindamos
con Prú Oriental; conversamos la idea de un blog, salvar la palabra allí en
Guamá, donde casi nadie lo hacía, porque no había voluntad de ser bloguero;
entonces prendió la llama, nos sentamos un rato, bosquejamos unos trazos,
hablamos de nombres, perfil, url, logo, menú, banner. En un arranque de lucidez
hablé de su mejor cuento como narrador, el más logrado según los críticos y
llegó el cubo, pero necesitaba un complemento y las olas de la costa sur de
oriente, por donde sale el sol, asomaron, entonces llegó el bautizo de
oriental. En principio mi amigo Olbert Gutiérrez Fernández no imaginaba el
alcance de su barquichuelo y tomó agua sin saber adonde iba; tenía algo muy importante a su favor, el
oficio de narrador y el hombre atento a
la vida de su gente. Confieso que nunca había oído hablar de Cañizo, su barrio
actual, pero Olbert se encargó de hablarme del Chino Silva y todo fluyó, yo
había conocido a esa persona y por esos azares del destino, en la cama de mi
amigo vivió sus últimos minutos el hombre que más amaba los gallos de pelea en Guamá,
el padre de Mabel, mi primera esposa. De un golpe escribimos el perfil: “Aquí
está la huella de mi paso por la vida, mi literatura, mi gente. El cubo de
oriente para compartir agua fresca que nace en el río Cañizo, al sur de Cuba.
También está mi Baire natal, Contramaestre y porque no, todos esos pueblos de la Cuba profunda donde el hombre
se empeña en sobrevivir el tiempo. A todos, un abrazo y los espero en EL CUBO
ORIENTAL. Nací el 21 de noviembre de 1990 en Contramaestre; hijo de la cultura
y la historia. Mis divisas son: “Leer para creer”. “La verdad es invisible a
los mediocres”. Me dijo que con el tiempo lo cambiaría, pero luego se convenció
que venía como anillo al dedo y se quedó con aquello como guayabera de hilo muy
fino. Mucha gente se encargó de sembrarle dudas, oscuridades, pero el muchacho
se unió a amigos como Benigno en Guamá y empezó a crecer intelectualmente
hablando. Al cabo de un año, uno lee entrevistas como la de Leo, el dueño de la Victrola Víctor Talking y agradece algo así, o los Picapiedras, el paladar de Alexis el “Negro”, o sencillamente un texto tan revelador que
describe las peripecias de un bloguero que escribe desde Guamá y no tiene
computadora, ni acceso a Internet. El Cubo Oriental, el blog de mi amigo Olbert
Gutiérrez Fernández cumple un año de navegación hoy. Desde el Caracol de agua
deseamos a este joven toda la suerte del mundo, para que cumpla muchos más y se
convierta definitivamente en la voz alternativa del pueblo empeñado en
construirse una raíz taína y tiene un guamo en la entrada, como señal de que por allí todavía desanda el
indómito guerrero que puso en jaque a los españoles durante la conquista de
Cuba. Quizás el Cubo pueda ser la reencarnación del Cacique Guamá…
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