miércoles, 10 de octubre de 2018

Asentamientos aborigenes en el municipio Guamá



(Tomado de ´´Historia de Guamá en Cien Páginas´´, documento que circula en todas las USB, impresos y computadoras que tienen algún interés en nuestro pasado pero al que todavía, luego de indagar por todos los medios posibles, nunca he hallado al autor).

Las investigaciones arqueológicas realizadas en el municipio han permitido comprobar la antigua presencia de aborígenes preagroalfarero, afiliables a la denominada variante cultural guanahacabibes tradicionalmente conocidos como “Siboneyes” del aspecto guayabo blanco, sus huellas se rastrean con mayor o menor intensidad, a lo largo de la angosta franja litoral, atrófoda entre la agreste estribaciones de la Sierra Maestra (al norte) y las espumosas aguas del caribe (al sur).

Un gladiolito fracturado en la cima de un montículo-residuario del sitio agroalfarero de Buey Cabón. y una esferolítia en la parte superior del estrato antropogénico del yacimiento de El Paraíso. Estas piezas intrusivas en contexto de la cultura agroalfarera, quizás fueron recogidas en superficies por estos pobladores y llevados como “curiosidad” a sus aldeas; o tal vez su presencia allí obedezca a proceso de contacto culturales, o de transculturación entre grupos cayos redondo tardío y agroalfarero muy temprano, que coincidieron en el escenario suroriental.

Las manifestaciones arqueológicas de los antiguos moradores Guayabo Blanco en el amplio territorio costero de Guamá, se pueden clasificar en tres tipos diferentes: a) Residuarios de habitación de corta duración; b) Conchales y c) Objetos diagnósticos de estos grupos encontrados superficialmente, sin asociación estratigráfica inmediata.

Definición de las manifestaciones arqueológicas

a) Residuarios de habitación de corta duración.

Son lugares en que estas agrupaciones de Recolectores Cazadores Pescadores hicieron acampadas de corta duración, a manera de campamentos de transito.

En el municipio han sido localizados dos sitios con estas características; uno en el cementerio actual del lugar conocido por El Cuero y el otro emplazado bajo un alero rocoso del Complejo Cársico de El Vigía en el extremo oriental del Municipio, limítrofe con el de Santiago de Cuba.

En la superficie del área de enterramiento el Dr. Felipe Martínez Arango, recuperó en la década de los años 50, escasos fragmentos de alfarería, cuya tecno-estilística es la propia de las culturas agroalfareras (subtainas) que se establecieron en la región suroriental de Cuba..
Los vestigios de la pretérita presencia aborigen se encuentran a la   altura del manto freático.

El Cuero, resulta el único hasta el momento sitio arqueológico reportado en el Municipio Guamá, constructivo de una superposición cultural: productos sobre apropiados.

El Vigía II, aparece en un alero rocoso del complejo cársico del mismo nombre. un residuario (ya no existe) de pequeñas dimensiones (unos seis metros de diámetros), contorno circular, ligeramente abultado en su centro. En su porción superior, aparecían esparcidos, moluscos marinos, escasos huesos de Jutías, piezas de crustáceos trazos de ceniza y minúsculas partículas de carbón. Las evidencias estaban diseminadas, sobre todo en la parte exterior del alero, el que debió tan solo servirles a manera de techo protector de los rayos solares o de paravientos al fogón, pues por lo reducido de su espacio, no reúnen condiciones propicias para   su utilización como vivienda propiamente, máxime cuando en ese complejo se encuentran cuevas adecuadas para ese propósito.

b) Conchales.
Como su nombre lo indica son residuarios exclusivamente formados por grandes concentraciones de conchas de marinos univalceos, producto de una recolección intensiva en los fondos   llanos adyacentes, sin otros restos acompañantes que evidencien una permanencia aborigen prolongada de estos puntos, es decir, que  no constituyen sitios de habitación, sino que son el resultado de la acumulación constante de los caracoles del mar, abandonados una vez extraída su parte comestible.

En el Municipio Guamá, es en el que mayor número de conchales se han hallado en la provincia Santiago de Cuba, se reportan 15 de estos amontonamientos de moluscos.
Es importante señalar, que en algunos de estos residuarios, la presencia de artefactos concluidos en procesos de fabricación y otros abandonados por su inutilización por rotura en el desarrollo de su confección, parece demostrar que, en estos casos, además de la extracción de la masa alimenticia de los moluscos, se tallaron artefactos de esa materia prima marina, por lo que debían ser considerados como residuarios  talleres de conchas

Los conchales reportados hasta nuestros días en el territorio de Guamá son los siguientes:
Arena Menuda, La Playita, Boca de Dos Ríos II, Río Cojímar, La Caridad de Cojímar, Aserradero, El Paraíso II, Cabagán, La Playuela, El Farallón, Sevilla II, La Pesquera, Chivirico y Don Luis.

De todos estos conglomerados de moluscos descuella, por sus enormes dimensione, el de La Caridad de Cojímar, que presentaba – ya que fue destruido por  equipos maquinizados entre 1960 y 1970 – un largo de casi dos kilómetros, con ancho fluctuante entre 50 y 80 m y una altura máxima de 1,5 m, el de mayor tamaño informado hasta el presente en Cuba

Sistemas de asentamiento y economía

Tanto los escasos sitios de habitación, como los conchales detectados, se encuentran invariablemente situados junto o muy próximo – de la orilla del mar cercano a fuentes de agua potable. Las principales actividades económicas desplegadas por los aborígenes, durante su permanencia en Guamá, fueron: Recolección de moluscos marinos (siguas, cobos, almejas, ostiones, lapas y otros). La caza (jutias majaes, iguanas, así como otras actividades apropiativas como fue la recolección de huevos, pichones etc. Captura de crustáceos: como el cangrejo rojo o caro, el azul o de la tierra, las jaibas tanto de agua dulce como marina, la pesca litoral así como la captura de quelonios marítimos y fluviales. (2)


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