(Tomado de ´´Historia
de Guamá en Cien Páginas´´, documento que circula en todas las USB, impresos y
computadoras que tienen algún interés en nuestro pasado pero al que todavía,
luego de indagar por todos los medios posibles, nunca he hallado al autor).
Las investigaciones arqueológicas realizadas en el municipio
han permitido comprobar la antigua presencia de aborígenes preagroalfarero,
afiliables a la denominada variante cultural guanahacabibes tradicionalmente
conocidos como “Siboneyes” del aspecto guayabo blanco, sus huellas se rastrean
con mayor o menor intensidad, a lo largo de la angosta franja litoral, atrófoda
entre la agreste estribaciones de la Sierra Maestra (al norte) y las espumosas aguas
del caribe (al sur).
Un gladiolito fracturado en la cima de un
montículo-residuario del sitio agroalfarero de Buey Cabón. y una esferolítia en
la parte superior del estrato antropogénico del yacimiento de El Paraíso. Estas
piezas intrusivas en contexto de la cultura agroalfarera, quizás fueron
recogidas en superficies por estos pobladores y llevados como “curiosidad” a
sus aldeas; o tal vez su presencia allí obedezca a proceso de contacto
culturales, o de transculturación entre grupos cayos redondo tardío y agroalfarero
muy temprano, que coincidieron en el escenario suroriental.
Las manifestaciones arqueológicas de los antiguos moradores
Guayabo Blanco en el amplio territorio costero de Guamá, se pueden clasificar
en tres tipos diferentes: a) Residuarios de habitación de corta duración; b)
Conchales y c) Objetos diagnósticos de estos grupos encontrados
superficialmente, sin asociación estratigráfica inmediata.
Definición de las
manifestaciones arqueológicas
a) Residuarios de
habitación de corta duración.
Son lugares en que estas agrupaciones de Recolectores
Cazadores Pescadores hicieron acampadas de corta duración, a manera de
campamentos de transito.
En el municipio han sido localizados dos sitios con estas
características; uno en el cementerio actual del lugar conocido por El Cuero y
el otro emplazado bajo un alero rocoso del Complejo Cársico de El Vigía en el
extremo oriental del Municipio, limítrofe con el de Santiago de Cuba.
En la superficie del área de enterramiento el Dr. Felipe
Martínez Arango, recuperó en la década de los años 50, escasos fragmentos de
alfarería, cuya tecno-estilística es la propia de las culturas agroalfareras
(subtainas) que se establecieron en la región suroriental de Cuba..
Los vestigios de la pretérita presencia aborigen se encuentran
a la altura del manto freático.
El Cuero, resulta el único hasta el momento sitio arqueológico
reportado en el Municipio Guamá, constructivo de una superposición
cultural: productos sobre apropiados.
El Vigía II, aparece en un alero rocoso del complejo cársico del mismo
nombre. un residuario (ya no existe) de pequeñas dimensiones (unos seis metros
de diámetros), contorno circular, ligeramente abultado en su centro. En su
porción superior, aparecían esparcidos, moluscos marinos, escasos huesos de
Jutías, piezas de crustáceos trazos de ceniza y minúsculas partículas de
carbón. Las evidencias estaban diseminadas, sobre todo en la parte exterior del
alero, el que debió tan solo servirles a manera de techo protector de los rayos
solares o de paravientos al fogón, pues por lo reducido de su espacio, no reúnen
condiciones propicias para su
utilización como vivienda propiamente, máxime cuando en ese complejo se
encuentran cuevas adecuadas para ese propósito.
b) Conchales.
Como su nombre lo indica son residuarios exclusivamente
formados por grandes concentraciones de conchas de marinos univalceos, producto
de una recolección intensiva en los fondos
llanos adyacentes, sin otros restos acompañantes que evidencien una permanencia
aborigen prolongada de estos puntos, es decir, que no constituyen sitios de habitación, sino que
son el resultado de la acumulación constante de los caracoles del mar,
abandonados una vez extraída su parte comestible.
En el Municipio Guamá, es en el que mayor número de
conchales se han hallado en la provincia Santiago de Cuba, se reportan 15 de
estos amontonamientos de moluscos.
Es importante señalar, que en algunos de estos residuarios,
la presencia de artefactos concluidos en procesos de fabricación y otros
abandonados por su inutilización por rotura en el desarrollo de su confección, parece
demostrar que, en estos casos, además de la extracción de la masa alimenticia
de los moluscos, se tallaron artefactos de esa materia prima marina, por lo que
debían ser considerados como residuarios
talleres de conchas
Los conchales reportados hasta nuestros días en el
territorio de Guamá son los siguientes:
Arena Menuda, La
Playita, Boca de Dos Ríos II, Río Cojímar, La Caridad de Cojímar,
Aserradero, El Paraíso II, Cabagán, La Playuela, El Farallón, Sevilla II, La Pesquera, Chivirico y Don
Luis.
De todos estos conglomerados de moluscos descuella, por sus
enormes dimensione, el de La
Caridad de Cojímar, que presentaba – ya que fue destruido
por equipos maquinizados entre 1960 y
1970 – un largo de casi dos kilómetros, con ancho fluctuante entre 50 y 80 m y una altura máxima de 1,5 m, el de mayor tamaño
informado hasta el presente en Cuba
Sistemas de
asentamiento y economía
Tanto los escasos sitios de habitación, como los conchales
detectados, se encuentran invariablemente situados junto o muy próximo – de la
orilla del mar cercano a fuentes de agua potable. Las principales actividades
económicas desplegadas por los aborígenes, durante su permanencia en Guamá,
fueron: Recolección de moluscos marinos (siguas, cobos, almejas, ostiones,
lapas y otros). La caza (jutias majaes, iguanas, así como otras actividades
apropiativas como fue la recolección de huevos, pichones etc. Captura de
crustáceos: como el cangrejo rojo o caro, el azul o de la tierra, las jaibas
tanto de agua dulce como marina, la pesca litoral así como la captura de
quelonios marítimos y fluviales. (2)
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